domingo, noviembre 13, 2011

Crematorio - Canal +


Acabo de ver el primer capítulo de Crematorio, una de las primeras series de calidad que se hace en España, junto a ¿Qué fué de Jorge Sanz?, en una ventolera de inspiración que les ha dado a los del plus, con este par de bien elaboradas series el año pasado, y ya veremos que más nos traen de aquí para alante. Se agradece mucho que se lancen con producciones españolas trabajadas y de calidad. A ver si podemos empezar a hablar de la HBO española.

Sobre la serie, por fin les ha dado por sacar las cámaras de los platós y los decorados de cartón piedra. La fotografía es austera y muy correcta, se agradecen los exteriores, el mar, la luz natural; sólo por el trabajo técnico, alejadísimo del rollo teatral que llevan la mayoría de series españolas, ya merece la pena verla. Y además es adecuado, no se han pasado tres pueblos ni lo han abarrocado.


La historia trata de una típica familia aburguesada valenciana, que llegó a la buena vida a lo largo del siglo veinte, y de cómo el cabecilla, Rubén Bertomeu, se ha convertido en constructor sin escrúpulos, cacique local, movedor de hilos políticos, empresariales y mafiosos. Desde luego, no habrían dejado que se estrenara en abierto, toca temas muy al día. Se ve el día a día de los empresarios que han hormigonado media costa, sobre quién sea, y de toda la corte de trepas que existe alrededor, por encima y por debajo.


Se me ha hecho bastante raro ver de esta manera algo que personalmente he vivido muy de cerca, veraneando en Altea, y viendo crecer Benidorm, Gandia, Cullera, Dènia y tantos otros pueblos de costa desde que era muy pequeñito.

El guión engancha desde el principio, la trama parece funcionar bien y sin tonterías. Los personajes también parecen bien trabajados. A los diálogos les falta un pelín más de naturalidad, pero también funcionan con fluidez. El reparto es bastante bueno, aunque en algunos momentos la interpretación se hace rara. Y parece que a la gente no le guste mirarse a la cara al hablar, ni al suelo, ni a las tetas. Nada, mejor mirar a la nada. Eso disgusta. Sí se agradece que las dosis de violencia y sexo sean las justas, ni demasiado espectaculares ni cortándose un pelo.


Ahora, por ser uno de los primeros intentos, por la temática, porque la serie es correctísima y nada barroca, y por que mola más "Pepe" que "Jonny", y ver Benidorm en vez de Baltimore, me voy a acabar de tragar los otros siete capítulos de la primera (y parece que única) temporada.