jueves, enero 05, 2012

Carta de una desconocida (1948) - Max Ophüls


Poco tienen que ver los truños románticos de nuestros días con aquellas películas de Hollywood que producían la salvajada de exiliados de Europa tras la segunda guerra mundial, una vez censuradas las que se podían considerar propaganda comunista, esto es, casi todas las malas.

Entre otras cosas, poco tienen que ver porque aquellas bebían directamente de la tradición romántica y postromántica europeda, como es el caso de Max Ophüls, uno de los últimos, supongo.

La película es un drama fatalista, romántico y auténtico, con todos los ingredientes: entrega absoluta, amor ciego, bastardos, amor no correspondido, cartas manuscritas, duelos a muerte y música del XIX. Podría ser un Verdi, Puccini, Wilde, Strauss, ¿algún francés?. El guión, muy cuidado y cerradito, no creo que ocupe más de un par de páginas en cómic.

Por supuesto es muy profunda, muy bonita, muy bien hecha, etc. Como curiosidad histórica está bien. Puede que una de las mejores películas románticas (que parezca que he visto muchas), y no invita a la siesta como lo que el viento se llevó.