Y es que a veces toca.
Los odio.
Entre sus mayores agravios, el de vacíar Europa de cabezas pensantes. Científicos, artistas, intelectuales y en general cualquiera con dos dedos de frente, salió espantado de aquí en cuanto empezó la guerra, o mucho antes, cuando llegaron al poder.
Sólo nos quedaron los comunistas, los mediocres y los nostálgicos. Y de los últimos, la mayoría muertos. Eso, y una herencia cultural enorme, que ahí está, la que quedó, a pedacitos o convertida en souvenir.
Antes éramos la máquina cultural del mundo. París, Milán, Londres, ¡incluso Barcelona! Ahora la cultura viene de yankilandia y japolandia. Nos dejaron vacíos de contenido.
Ahora tenemos mierda francesa.
(Y la Saariaho es de lo mejor que ha parido el IRCAM)