miércoles, abril 18, 2012

Clannad (Key)


Primer día de escuela y me encuentro a la llorica mojigata, la repetidora que no tiene voluntad ni para tragar aire. Y no se me ocurre otra cosa que hacerle caso, ser su caballero blanco, jódete traducción, y arreglarle la vida, porque yo soy más guay que ella y tengo que demostrarlo. Y de paso me la follo, que estoy salidísimo.

Esta serie debe de ser la fantasía más carca de algún clérigo del Opus. Ni un puto beso en toda la primera temporada. Y, en la segunda, el sexo debe de ser por esporas o algo así.

Que no es que esté buscando porno, pero vamos, que a una pareja de chavales en su último año de instituto les cueste hasta cogerse de la mano apesta a censura o a beaterío. Y eso que en Japón no hay religión organizada. Serán así y punto.

El anime está basado en una Visual Novel de Key a la que no he jugado, tipo ren'ai, séase, simulador de citas. Hay como cinco pavas y sólo se puede elegir a una. Y hay una en concreto que enlaza con la segunda parte. Y es la más pastelosa de todas.

la coprotagonista. Sí, todos habéis pensado en coprofagia.

Ostias, yo me habría quedado con la del pelo gris, la más madura y con las hueveras mejor colocadas. O la mayor de las gemelas, con sus inseguridades pero también con las cosas claras. Pero no, tuvo que escoger a la que lo necesitaba. Mensaje de género en todo su esplendor: las mujeres que merecen la pena son las incapaces de salir adelante por sí mismas. Toma conservadurismo rancio.

Tomoyo y Kyou, con la mojigata de Nagisa al fondo y el prota y su amigo al otro fondo

Se me ha hecho un poco larga esa primera temporada. Las mejores partes, por supuesto, las que relatan los trozos de la VN donde el protagonista se acerca a las otras chicas. Hay dos capítulos, al final de la primera y de la segunda temporada, donde se cuenta la historia si se hubiera liado con alguna de las otras. La de gris y la gemela mayor, como tiene que ser. Y molan, son más naturales. De Tomoyo, la de gris, tiene un ramalazo a five centimeter per second, pero no es tan ñoño. La de la gemela mayor tiene su drama pero se ve muy a gusto. Igual es eso, que la VN no daba para más que cinco o diez capítulos.


La segunda temporada. Nada que ver. Se supone que también está basada en la segunda parte de la VN, pero no se nota tanto. Aquí Nagisa y Tomoya viven juntos. Esperaba algo más de cotidianeidad, pero va más del final del noviazgo antes del matrimonio que otra cosa. Nada de vida en pareja, o casi nada.

La cosa mejora mucho, como cualquier serie buena, cuando empiezan a aparecer cadáveres sobre la mesa. El dramón es trágico y visceral, con muy mala leche. De los buenos. Y luego está imagino que la otra versión de la VN, con final feliz. No daré detalles para no reventar a nadie, pero la segunda sí que merecía la pena.


Había que verla. Si hay que deconstruir alguna serie de anime sobre institutos, amoríos y desventuras en la adolescencia japonesa, es esta. La primera temporada, no apta para diabéticos. Pero se supone que es de lo mejor que ha dado el género. Yo me quedo con Haruhi, desde luego.