Ravel no se dió por vencido y decidió que lo suyo era la composición. A finales de los 90 (del s.XIX) ya tenía algunas piezas que se mantenían en repertorio, como Menuet antique y Pavane pour une infante défunte, Sites auriculaires para dos pianos, una sonata para violín y piano y algunas canciones. En 1987 volvió al conservatorio y estudió composición con Gabriel Fauré y contrapunto con André Gédale. Siguió sin conseguir premios en contrapunto, ni fuga, ni nada, y sus intentos de ganar el gran premio de Roma durante cinco años fueron en balde.
De todas formas, para entonces ya era un compositor completo y en las siguientes tres décadas compuso obras en gran variedad de géneros y consiguió algo de renombre, sobre todo por sus giras tocando sus propias obras.
Entre 1929 y 1930 Ravel compuso sus dos conciertos para piano casi simultáneamente: el Concierto en Re Mayor para la mano izquierda y el Concierto en Sol Mayor. Aunque aparecieron bastante tardíamente para ser su instrumento principal, Ravel ya empezó a pensar en un concierto para piano y orquesta allá por 1906, sobre unos temas vascos, que provisionalmente tituló Zazpiak-Bat. En 1913 informó a su amigo Igor Stravinsky que estaba retomando este trabajo, pero en 1914 se marchó al sur de Francia para evitar la Primera Guerra Mundial, dejando los bocetos en París. Este fué el final del concierto Zazpiak-Bat, aunque mucho después parte de su material fué reutilizado en el Concierto en Sol Mayor.
Sobre la gestación de este concierto, la pianista Marguerite Long (a la que va dedicado) recuerda la primera noticia que tuvo de su existencia, en algun momento de la década de los 20:
Estabamos cenando en casa de Mme de Saint-Marceaux cuando Ravel me dijo, sin venir a cuento: "estoy escribiendo un concierto para ti. ¿Te importa si acaba pianissimo y con trinos?" "por supuesto que no", le contesté, demasiado feliz por conseguir el sueño de todo virtuoso.No se volvió a saber nada hasta 1927, la fecha del viaje de Ravel a Norte América. A su vuelta, tras el estreno de su concierto para la mano izquierda por parte del pianista Paul Wittgenstein, que perdió el brazo derecho en la Primera Guerra Mundial, empezaron las negociaciones para estrenar el Concierto en Sol Mayor en Holanda, donde el Concertgebow anunció su estreno con el compositor como solista para el 9 de marzo de 1931. De hecho, Ravel se retractó del regalo a Marguerite Long, envalentonado por su gira norteamericana, queriendo estrenarlo él mismo, a pesar de sus problemas de salud. Según Long:
Las largas horas dedicadas a los estudios de Chopin y Liszt lo fatigaron mucho. Aún siendo evidente que no podía, seguía empecinado en ser él el primero en interpretar esta obra, y fué sólo cuando le presionaron sus amigos ... que se dió cuenta de las dificultades que se le presentaban para realizar la formidable empresa.Ravel más tarde comentó:
Se puede entender cómo me dominó la agitación cuando el 11 de noviembre de 1931 Ravel telefoneó desde Monfort l'Amaury anunciando su llegada inmediata con el manuscrito. Apenas me había arreglado cuando entró con las preciadas páginas en la mano. Rápidamente fuí hasta la última página para ver el pianissimo y los trinos; ¡se habían convertido en fortissimo y novenas percusivas!
El concierto en Sol Mayor costó dos años de trabajo. El tema de apertura me vino en un tren entre Oxfor y Londres, pero la idea inicial no es nada. Entones es cuando empieza el trabajo de esculpirlo. Pasan los días cuando el compositor empieza a pensar que la inspiración le ha golpeado. Frenéticamente anota sus pensamientos en un trozo de papel. Escribir música es en un setenta y cinco por cien una actividad intelectual. El esfuerzo a menudo es más placentero que el descanso, para mi.Más tarde, cuando describió el concierto a su amigo M.D.Calvocorerssi, dijo:
Un concierto en el verdadero sentido de la palabra: quiero decir que está escrito con el mismo espíritu con que Mozart y Saint-Saëns escribían los suyos. La música de un concierto debe ser, en mi opinión, ligera y brillante, y no centrarse en la profundidad o los efectos dramáticos. Se ha dicho de ciertos clásicos que sus conciertos no fueron escritos 'para' piano si no 'contra' el piano. Estoy totalmente de acuerdo. Pretendía titular este concierto 'Divertimento'. Entonces se me ocurrió que no había ninguna necesidad de hacer eso por que el título 'concierto' debía ser suficientemente claro.Bastante desconcertante, pues a ver quien acusa de falta de profundidad al concierto para la mano izquierda o al segundo movimiento del propio concierto en Sol Mayor.
El concierto empieza con un latigazo, seguido de una orquesta pequeña pero con carácter, junto con el piano, que al poco introduce una lenta y jazzística melodía, probablemente pensada para seducir al público americano en su gira de 1928.
El Adagio es extraordinario, recordando la profundidad y quietud de las Gymnopedies de Erik Satie. El piano empieza sólo, y durante unos tres minutos interpreta lo que parece un lento vals, aunque desconcertante por los ritmos cruzados entre acompañamiento y melodía. El tiempo parece suspendido para cuanto entra la orquesta con los vientos madera, introduciendo un contrasujeto que se contrapone a las filigranas del piano. En algún momento Ravel dijo que el modelo de este movimiento era el análogo del quinteto para clarinetes de Mozart, que siguió como guía absoluta.
El conjuro se rompe con el poderoso y virtuosístico tercer movimiento, que vuelve a introducir temas jazzísticos e incluso más latigazos, que refuerzan la unidad con el primer movimiento. Termina con un tremendo golpe de timbal.
La versión que cuelgo no tengo ni idea de quién es, lleva tiempo en un CD y no recuerdo cual era el original. Además es la única que tengo. Que la disfruten.
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