1. Cumbres borrascosas, Emily Brontë. O la pasión desenfrenada. "Abismos de pasión" se llamaba la adaptación de Buñuel, que cambió los páramos ingleses por el desierto mexicano. Amor incestuoso más allá del bien y del mal.
2. Lolita, Nabokov. ¿hay algo más prohibido que el amor incestuoso? Sí, el amor incestuoso y pederasta. Criminal y luciferino tras una prosa iridiscente. Sólo hay una cosa más fea que pegar a un padre, y es acostarte con tu hijita. Pero...:
"Lolita, light of my life, fire of my loins. My sin, my soul. Lo-lee-ta: the tip of the tongue taking a trip of three steps down the palate to tap, at three, on the teeth. Lo. Lee. Ta.
She was Lo, plain Lo, in the morning, standing four feet ten in one sock. She was Lola in slacks. She was Dolly at school. She was Dolores on the dotted line. But in my arms she was always Lolita."
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"Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Mi pecado, mi alma. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo.Li.Ta.
Era Lo, sencillamente Lo, por la mañana, un metro cuarenta y ocho de estatura con pies descalzos. Era Lola con pantalones. Era Dolly en la escuela. Era Dolores cuando firmaba. Pero en mis brazos era siempre Lolita"
3. Moby Dick, Melville. De la pederastia a la zoofilia. O del amor al odio. Porque sólo el odio es más intenso y duradero que el amor. El papel para el que Daniel Day Lewis se lleva preparando toda una vida (el capitán Ahab, no la ballena: para ese, mejor Philip Seymour Hoffman), a la espera de que Paul Thomas Anderson se decida adaptarla.
4. Cuentos completos, Edgar Allan Poe (traducción Julio Cortázar). En The Following, un asesino en serie, profesor de literatura romántica especializado en Allan Poe, le da por arrancar los ojos a sus víctimas, siempre mujeres, buscando la belleza de la muerte. Si tu novia/o es un morboso, gótico, friki, sadomaso o alternativo, regálaselo.
5. Bella del Señor, de Albert Cohen. Es posible que 50 sombras de Grey haya despertado el interés por la lectura de muchas analfabetas funcionales. El siguiente paso es que lean algo de calidad. Pero como estarán ya condicionadas a leer con una sola mano, habrá que incitarlas con los escarceos eróticos entre Solal y Ariane
6. Desgracia, John Coetzee. Conozco a ecologistas de chapa en el pecho, con un oso panda o un delfín, que no vacilan en pisotear a una cucaracha, en aplastar un mosquito o una araña. Schopenhauer cuanto más conocía a los seres humanos, más amaba a su perro. Pero es que amar a los animales es fácil en comparación con amar a los seres humanos. Porque para amar a estos últimos, primero tiene que amarse uno a sí mismo. Lo que si lo piensa detenidamente es cualquier cosa menos fácil...
7. La mancha humana, Philip Roth. Un hombre mayor (perdón: viejo) que se acuesta con la mujer que viene a hacerle la limpieza (perdón: criada). Una situación proclive al cuchicheo y las risas, el desprecio, la indignación y el aislamiento social. Y, sin embargo, esas dos almas desoladas se reconfortan en sus cuerpos heridos con una abnegación que habría hecho llorar al mismísimo Descartes.
8. Plataforma, Michael Houellebecq. Esta parece una novela sobre vulgares turistas sexuales en el paraíso del nihilismo fornicador pero en el fondo es una desolada utopía sobre el amor platónico hecho carne, pero carne destrozada. Parafraseando a Quevedo, somos gusanos, pero gusanos enamorados.
jueves, febrero 14, 2013
Ocho libros para San Valentín
Recomendados por el profesor Santiago Navajas. El texto es exclusivamente suyo, pero lo copio aquí para cuando muera el enlace:
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